HOMENAJES

A menudo en la música clásica occidental muchos conciertos honran y hacen disfrutar la música compuesta en tiempos pretéritos, incluyendo temas del barroco, el clasicismo, el romanticismo y las músicas del siglo XX. En este género se considera fundamental respetar la fidelidad a la partitura, que es obligada al menos desde el clasicismo, donde compositor e intérprete no necesariamente coinciden. Aún tocando las mismas notas escritas, dos versiones pueden ser muy diferentes. Incluso los instrumentos pueden ser tan distintos como un clave original y un piano, y los intérpretes aportan su visión particular de la obra, imposible de reflejar por completo en un papel pautado, y quizá tampoco en una grabación, que nunca sustituirá a la emoción del directo.

Por su parte el jazz, con una historia ya centenaria, comprende estilos y épocas muy diversas, entre Nueva Orleans y el freejazz, a los que también se incorporan múltiples fusiones e influencias recíprocas. Existen además figuras irrepetibles e inclasificables que han dejado huella en muchos músicos posteriores y que son las grandes leyendas del jazz. Y, finalmente, existen temas que son referentes obligados sobre los que cualquier músico de jazz ha improvisado alguna vez: los standards, a menudo procedentes no del jazz, sino de melodías populares.

Se acepta que el jazz es creación e improvisación en el momento. De hecho muchas de sus partituras se escriben en una página, en la que se enuncia tan solo la melodía y una sucesión de acordes. Sin embargo, todo es relativo, ya que si el músico toca en una bigband se tendrá que ceñir a los arreglos escritos, aunque quizá tenga algunos compases para improvisar un solo de su instrumento. Hay que tener presente que la instrumentación, melodía y armonía del jazz se derivan principalmente de la tradición musical de Occidente mientras que el ritmo, el fraseo y la producción de sonido, y los elementos de armonía de blues se derivan de la música africana. Lo que significa que la música afroamericana tiene muchas cosas en común con la música “blanca”. También en lo que se refiere a interpretar las obras de los grandes compositores del jazz, consagrados como clásicos. Si bien en el jazz no es necesario tocar todas las notas de la versión “original”, que probablemente ni están escritas. Más bien todo lo contrario, los temas en el jazz en teoría no se repiten, ni siquiera por parte del mismo músico, sino que se recrean. Al menos en el jazz moderno, cada versión de un standard debe de aportar un nuevo enfoque, mientras que los grupos especializados en el jazz tradicional suelen improvisar más próximos a la obra original.

Muchos músicos de jazz crean su propia obra, pero también intercalan en sus conciertos versiones de standards y cualquier tema que les atraiga y que suele ser reconocido por el público.

Pero cuando un jazzman ha destacado de manera especial, como ocurre en la música clásica, recibe homenajes –“tributos”- monográficos, que constituyen la mejor lección posible de historia del jazz. Como ocurre en este concierto. Muchos aprenderán el nombre de Louis Prima, “el rey del swing”, aunque seguro que conocerían alguna de sus canciones, como Sing, sing, sing o su versión de Just a gigolo. Y nadie mejor para llevar a cabo este proyecto que el gran trombonista, cantante y maestro de ceremonias musicales Norman Hogue, acompañado por Ángela Cervantes, que le da la réplica vocal, como hacía en los 50 Keely Smith, aunque sin el hieratismo de ésta. El grupo lo completan otros grandes músicos: Rafa Serrano, Diego Ebbeler, Héctor Rojo y Miguel Ángel Benito ‘Pete’.

Louis Prima, Keely Smith con Elvis Presley Louis Prima, Keely Smith

http://es.wikipedia.org/wiki/Louis_Prima
http://www.apoloybaco.com/louisprimabiografia.htm

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